Es muy frecuente (y a mí me pasa) que nos sentimos solos en esta responsabilidad de llevar a buen puerto la empresa, sabemos que tenemos un equipo que nos respalda, que tenemos gente de confianza, pero a veces la soledad de director es, esta decisión que sólo nos implica a nosotros, no importa si la empresa es grande o pequeña, todo pareciera estar en juego en un solo movimiento.
Esta soledad llega cuando es difícil comunicar lo que traemos en la cabeza y pasa el tiempo y solo nosotros nos entendemos; nuestro staff piensa “¿y ahora a éste qué le pasa?”, “¿es bipolar o qué?”, pero ese sentimiento de soledad empieza a desaparecer cuando vemos que hay alguien dentro o fuera de nuestro equipo más cercano de colaboradores que comienza a comprender lo que queremos decir, lo que queremos lograr, o qué queremos perfeccionar y digo comienza, porque no es inmediato, es un proceso de apertura, de adaptación, es un proceso de perfeccionamiento de la interlocución entre mi equipo y yo, en la medida que este proceso se perfeccione empezamos a sentir que todos vamos hacia el mismo objetivo, hay un sentimiento de acompañamiento difícil de describir pero muy satisfactorio. ¿Cuál es tu sentir en este momento? ¿Te sientes acompañado?